Hola! Soy Ariel, el alma detrás de la pantalla. Vivo viajando desde esa noche en diciembre del 2011 cuando la conocí a Celeste, esperando un vuelo a Nueva Zelanda. Desde entonces recorremos el mismo camino, que nos ha llevado a vivir en Australia, Dinamarca y Alemania, y a viajar por gran parte de Asia y Europa.
He trabajado de barman, barrendero, bachero, cocinero, jardinero, limpieza, recolector de ciruelas, empaquetador de manzanas, mozo, despensero, portero, community manager y, desde hace dos años de forma casi exclusiva, escritor. Me especializo en narrativa por mi amor a la historias.
En el blog van a encontrar relatos de nuestros viajes, guías de destinos y más que algunas reflexiones que inevitablemente surgen de las largas horas pasadas rodando en el asfalto. Ahora nos encontramos en Argentina esperando que pase la pandemia.
Soy impaciente con la gente y paciente con los problemas, soy testarudo hasta el hartazgo, ansioso y quisquilloso. Le tengo terror al arrepentimiento, y a los sapos. Digo que no le tengo miedo a las alturas, pero siempre me tiemblan las rodillas antes de saltar. Amo el agua, ya sea rio, mar, pileta, cascada o pelopincho. Soy práctico, abuso de la lógica y me apasiona la creatividad. No tengo vergüenza, ni tampoco asco. Soy fanático de Tarantino, escucho las mismas 20 canciones de La Renga, Los Redondos, El Cuarteto de Nos y La Vela Puerca desde hace unos 10 años, y se me pegan todas las canciones de publicidades que pueda llegar a escuchar en la televisión. Puedo citar capítulos de Los Simpson para cualquier situación de la vida cotidiana, me da risa la ironía y me molestan los fanáticos empedernidos. Prefiero comer con las manos antes que con cubiertos de plástico, puedo dormir prácticamente en cualquier lado, y siempre fui descuidado con la ropa. Me voy por las ramas constantemente, no puedo hacer dos cosas a la vez y me apasiona profundamente viajar, casi tanto como escribir.