Cuando llegamos a Copenhague, todavía desempleados y con los bolsillos aun doloridos por el pago del primer alquiler más el deposito por el departamento, nos topamos a través de comentarios en Facebook con un evento al que decidimos ir. Se llamaba Foodsharing. No entendimos muy bien cómo funcionaba, pero la premisa nos interesó: “Regalan comida”. Así nomás, sin siquiera un “a cambio de”.
Fuimos, y lo que vi me influyo de tal manera que enseguida empecé a trabajar en la organización y en el lapso del año que pasamos en la ciudad me involucre tanto en la misma que pude ser testigo tanto de su funcionamiento como sus bases ideológicas. La gran pregunta, que siempre me hacían los argentinos y chilenos que asistían a los eventos, sigue pidiendo a gritos ser contestada: ¿Por qué (es tan importante) regalar comida?

Primero lo primero: ¿Cómo funciona Foodsharing?
Foodsharing es una agrupación sin fines de lucro formada únicamente por voluntarios, en su mayoría jóvenes estudiantes. El movimiento fue fundado en Alemania y copiado en Copenhague. Dos veces por semana (los miércoles y los sábados) los voluntarios organizan los eventos en los que se regala una gran cantidad de frutas y verduras a todos los asistentes.
Asistir a un evento es absolutamente gratuito (sólo se pide una donación a voluntad para cubrir los gastos del mismo, pero no es obligatoria). La comida que se puede sacar depende de la disponibilidad de la misma y de la cantidad de asistentes que haya. Yo trabaje en eventos a los que asistieron 100 personas y otros a los que fueron 250. Las cantidades de comida que regalamos también pueden ser descomunales, considerando que todo el evento se saca adelante con unos 10 voluntarios.
Si estas recién llegado a Copenhague (o a punto de llegar) no dejes de leer éste articulo
La comida viene de dos fuentes principales: los supermercados, que a través de acuerdos previos nos regalan las frutas y verduras que se están por vencer, y los productores locales (con la misma metodología). Todos los miércoles y sábados un equipo de voluntarios va con una camioneta alquilada (uno de los gastos más grandes de los eventos) a buscar la comida y la lleva al lugar del evento, donde otro equipo de voluntarios la descarga.
La comida luego es filtrada: se descarta todo lo que realmente ya no es apto para consumo. Con éste desperdicio orgánico generalmente se realiza un compost que después es aprovechado por otra agrupación (Bioteket). Así, los asistentes al evento solamente tienen acceso a comida completamente apta para consumo.

En el trasfondo de los eventos hay muchísimo trabajo que no sale a la vista. La coordinación con los proveedores (que nos regalan la comida), la organización de los eventos (a lo que yo me dedique), el desarrollo de estrategias para fomentar la ideología de Foodsharing, y hasta el marketing de los eventos.

Porque sí, aunque cueste creerlo, nuestro mayor problema en Foodsharing era muchas veces que no iba suficiente gente a llevarse la comida gratis. Increíble, ¿no? Pero es así en Copenhague (en Dinamarca). En general, los primeros 20 asistentes eran los que de verdad necesitaban la comida así que para ellos rara vez poníamos limites en lo que se querían llevar.
El resto de los asistentes eran estudiantes (europeos) y latinos (con visas Working Holiday) que solamente buscaban reducir sus gastos alimenticios (como nosotros al principio) y les copaba la idea de evitar el desperdicio de comida.
Este video (en inglés) explica todo sobre Foodsharing Copenhague:
¿Por qué es importante regalar comida?
En occidente vivimos en la sociedad del desperdicio. A mi mente vienen los recuerdos dicotómicos de mi infancia en la que por la tarde veía en las series norteamericanas las populares “peleas de comida” en la que se hacía un show del desperdicio, y de mi viejo enseñándome con la firmeza de la vieja escuela que la comida no se tira: o se come, o se guarda o se regala.
Hasta qué punto ésta enseñanza calo hondo en mí no lo note hasta no llegar a países en donde la comida escasea. La opulencia que ahora veo por todos lados en Europa (y ni que hablar de Dinamarca) resulta nada menos que chocante en comparación con la pobreza extrema y la hambruna de que fuimos testigos en lugares como la India o en Nepal. En un sentido global, tirar comida a la basura es un atentado, una burla y un abuso contra todos los que en este momento, ahora mismo, se están yendo a dormir con el estómago vacío (que son muchos, muchísimos).
Sin ir más lejos, un tercio de la comida que se produce en nuestro planeta ni siquiera se consume. Se tira, se desprecia y desperdicia a todo lo largo de la cadena comercial. Desde el productor que descarta las frutas y verduras que no alcanzan los estándares estéticos y/o de calidad, hasta los supermercados que solo venden las frutas y verduras en perfecto estado (de nuevo, prioridad a lo estético), hasta los hogares, que tiran todo lo que sobra en lugar de guardar, que compran más de lo que necesitan en lugar de planificar.
En éste contexto, regalar comida es importante porque de esta forma reducimos el desperdicio y ayudamos a concientizar sobre la importancia no solo de evitarlo, sino de exigir a los productores y a los minoristas que dejen de descartar la comida por cuestiones estéticas.

Así nace Foodsharing. Más que comida gratis, es un llamado de atención. Es un grito de alarma. Si un grupo de voluntarios sin financiación de ningún tipo puede recolectar toda ésta comida destinada a ser desperdicio, imagínense toda la que realmente se desperdicia.
Cómo colaborar
Lo más importante es, estés donde estés leyendo esto, que dejemos de tirar comida. Congelala, guardala, recalentala, regalala, hace un compost, lo que sea. Si comés afuera y sobra, pedi que te la envuelvan para llevar. Después la podes recalentar, o darsela a una persona en situación de calle. Pero no la tires. El cambio siempre, pero siempre, empieza en el hogar.
Y si vivís es una ciudad en donde existe Foodsharing, lo que pueden hacer y que hace una diferencia es ir a los eventos y llevarse su comida.
Además, Foodsharing siempre necesita voluntarios, sobre todo gente apasionada por evitar el desperdicio de comida. Para ser voluntarios pueden registrarse acá. En el grupo de Facebook de voluntarios pueden encontrar mucha información sobre todo lo que está pasando día a día en Foodsharing.
Los voluntarios para los eventos pueden elegir uno de dos turnos: el de la mañana para recibir, filtrar y acomodar la comida o el de la tarde para darla y después limpiar. Yo siempre preferí el de la tarde porque me gustaba charlar con la gente, pero va en cada uno. Ambos turnos son importantes.
Si se quedaron con ganas de seguir leyendo sobre Foodsharing, pueden leer éste articulo de los genios detrás de Encontré Mi Lugar.

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¡Qué tengan buenas rutas!