Visa Working Holiday: lo que tenes que saber

En la era de las comunicaciones y de la globalización, una visa Working Holiday es nada menos que revolucionaria para el mundo de los viajeros. Bien utilizadas, son las herramientas que pueden hacer posible el sueño, una vez utópico para la gran mayoría, de viajar por el mundo.

Nos encontramos viviendo un auténtico auge en la cantidad, disponibilidad y complejidad de estos programas. Por ésta razón es que a partir de nuestra experiencia luego de haber utilizado 3 visas Working Holiday en los últimos 6 años (Nueva Zelanda, Australia y Dinamarca), hemos escrito ésta guía:

¿Qué es una visa Working Holiday?

Una visa Working Holiday es una visa especial que surge de acuerdos bilaterales entre dos países. Estos visados permiten a su portador residir y trabajar en el país receptor por una determinada cantidad de tiempo, generalmente un año, y sujeto a ciertas limitaciones.

Dichas limitaciones varían dependiendo de cada país. Por ejemplo, la visa Working Holiday de Dinamarca te permite residir en el país durante un año, pero sólo trabajar durante 9 meses (en el caso de los argentinos); mientras que la de Australia te permite residir y trabajar durante los 12 meses que dura la visa.

¿De qué puedo trabajar?

Los trabajos que se consiguen durante una visa Working Holiday son por lo general lo que se conoce como “trabajos temporales”.

En las ciudades más o menos grandes, esto incluye sobre todo los trabajos en las áreas de gastronomía (lavaplatos, cocinero, mozo, recepcionista, barman, etc.), de limpieza (principal pero no exclusivamente, en hoteles), de la construcción (la albañilería suele ser de los trabajos mejor pagos), y en fábricas y depósitos.

Trabajando en la cocina de una “Roadhouse” en Australia

En los pueblos o ciudades más chicas se puede conseguir por lo general trabajo en el campo, sobre todo en Nueva Zelanda y Australia. Estos trabajos siempre son estacionales (que dependen de la estación y el clima) y pueden ser por ejemplo la recolección de frutas o verduras, o la poda de los árboles o los arbustos en los campos.

Por supuesto, el trabajo que uno vaya a conseguir dependerá de los mismos factores que en todo el mundo: la experiencia previa en el área, la predisposición y la suerte. Sólo que al tener en cuenta que se trata de otro país, también entra en consideración (y es muy importante) el conocimiento del idioma local o al menos del inglés.

A tener en cuenta: para el trabajo en el campo generalmente no le dan tanta importancia a la experiencia laboral si no tiene relación con la posición a la que están aplicando. Es decir, que al administrador del campo de manzanas que está buscando un recolector para trabajar la temporada no le importa lo más mínimo tu experiencia previa, sino más bien que vayas a estar disponible durante los meses que te necesite, y que te puedas aguantar el trabajo físico que requiere.

Trabajo profesional

Es una moneda corriente la historia de los que llegan con su visa Working Holiday a un país y con sus títulos abajo del brazo y esperan encontrar el mismo trabajo empresarial que tenían en Argentina. La realidad es muy dura con la gran mayoría de estas personas por una razón muy simple: en los puestos gerenciales y en los trabajos profesionales, siempre tienen prioridad los locales.

¿Por qué? En primer lugar porque no tienen límites de tiempo (como los que imponen las visas); en segundo lugar, valga la redundancia, son locales: conocen el mercado, la clientela, la idiosincrasia, los modismos, etc.

Dicho todo esto, no significa que no vayan a conseguir trabajo “de lo suyo”. Pero lo recomendable es ir con la flexibilidad interna de aceptar el trabajo que haga falta, por si el plan A no funciona (al menos al principio).

¿Cuál visa es la correcta para mí?

Elegir un destino para ir a vivir durante un año no es cosa fácil. Para nosotros lo primero y lo más importante es tener bien claro cuáles son los objetivos personales. ¿Por qué me quiero ir por un año a otro país?

Puede ser para ahorrar, y recomendaríamos ir a Australia o a Nueva Zelanda, donde la relación sueldo-costo de vida es muy ventajosa para eso; puede ser para experimentar una cultura diferente, y recomendaríamos la visa de Japón, o la de Irlanda; o tal vez lo que quieren es viajar por Europa, y entonces les recomendaríamos la visa de Alemania o la de Dinamarca, o incluso la de Francia si se las arreglan con el idioma francés.

Saber qué es lo que se espera de un viaje de Working Holiday es muy importante para aprovecharlo al máximo. Si tu objetivo es una vez que termines el año viajar por el mundo, vas a tener que adoptar en tu nuevo hogar un estilo de vida mucho más austero que el que probablemente tenías en casa. Si tu objetivo es disfrutar al máximo el año que estás viviendo en otro país, todo lo contrario.

Lo siguiente a tener en cuenta son los requisitos y los cupos. Cada visa Working Holiday los tienen y es importante familiarizarse con ellos para ahorrarse tanto tiempo como plata.

¿Tengo que pagarle a una agencia?

¡No, nunca! Bueno, casi nunca. La única visa Working Holiday que los argentinos debemos sacar con agencia es la de Canadá (si no fuese así, tal vez estaríamos allá ahora mismo). Todas las demás pueden ser tramitadas íntegramente, de principio a fin, por cuenta propia.

Todos los trámites en las embajadas, la contratación de los seguros de viaje, la compra de los pasajes de avión. Todo lo pueden hacer ustedes.



¿Cómo puedo viajar por el mundo con una visa Working Holiday?

En nuestra primera visa Working Holiday teníamos 20 años y nuestro único objetivo era viajar a lo desconocido. Durante todo el tiempo que pasamos en Nueva Zelanda vivimos a mil revoluciones por minuto sin pensar ni por un segundo en los gastos. Y volvimos a Argentina con mil ideas, planes a futuro, sueños y experiencias vividas y por vivir, aunque sin un peso.

No fue sino hasta que terminamos nuestra segunda Working Holiday, después de trabajar durante 9 meses en el desierto de Australia, que nos dimos cuenta del verdadero valor de estas visas para los viajes largos. Nuestro objetivo ahora, 3 años después, era empezar un viaje sin límites por el mundo.

El truco es simple

Ahorrar lo más posible durante la duración de la visa, y luego viajar a lugares que resulten baratos a partir del cambio de la moneda y por los precios mismos del lugar.

Por ejemplo, si quieren viajar por el Sudeste Asiático por mucho tiempo, una buena idea es hacer la visa Working Holiday de Australia o Nueva Zelanda (ambas experiencias increíbles en sí mismas) y luego viajar por el sudeste con los ahorros en dólares de estos países.

Lo mismo se aplica a Europa del Este o el norte de África y las visas Working Holiday de Alemania y Dinamarca.

La experiencia laboral (previa) importa

¡Ojo! No es un determinante. Pero la realidad es que tener experiencia laboral previa en el área para el que se aplica puede hacer la diferencia entre conseguir una entrevista laboral o no.

Por ejemplo, cuando ya sabía que íbamos a hacer la visa Working Holiday Australia decidí que quería trabajar en gastronomía, por lo que al mismo tiempo que escribía mi tesis de la universidad, hice un curso de Bartender y empecé a trabajar en un restaurante. En mi primera entrevista laboral en Sydney, ya tenía una idea bastante clara de cómo funcionaba el restaurante y si algo no sabía, les decía ¡es que en Argentina lo hacemos diferente!


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