Hiroshima es una ciudad nueva, literalmente. A medida que la exploramos nos vamos dando cuenta de que hay un patron que siempre se repite: allí donde la infame bomba atómica lanzada por Estados Unidos en 1945 causo destrucción y devastación, el pueblo japonés se levanto, restauro y reconstruyo.
Ésta increíble ciudad se merece mucho más que la lamentable fama por la que todos la conocemos, que en ella pesa como un fantasma de un pasado atroz.
A continuación les contamos cuales son las 9 cosas que no se pueden perder cuando visiten Hiroshima:
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1. Castillo de Hiroshima
Construido entre 1589 y 1599 por el poderoso Daimio Mori Terumoto, éste impresionante castillo emplazado en el delta del rio Otagawa se mantuvo relativamente intacto a lo largo de la turbulenta y bélica historia japonesa sólo para ser destruido hasta sus cimientos, hace unos 70 años, por la infame bomba atómica lanzada por Estados Unidos en 1945.
La torre principal fue reconstruida en 1958 en concreto con detalles en madera, emulando al castillo original. El resultado es un castillo increíblemente hermoso emplazado en un tranquilo parque en el corazón de la ciudad.
Como en el castillo de Osaka, adentro del edificio funciona un museo de la historia de Hiroshima (previa a la segunda guerra mundial).
La entrada al museo cuesta 370 yenes (la entrada al resto del parque es gratuita).
2. Miyajima
Ésta isla llamada Itsukushima pero comúnmente conocida como Miyajima, es una pequeña isla ubicada a 50 kilómetros de Hiroshima, y es una de las principales razones por la que la gente viaja a esta ciudad.
Para llegar, la forma más económica es tomarse un streetcar (tranvía) de la ruta 2 que va desde la Hiroshima Station (Kamiya-cho) hasta Miyajima-guchi que cuesta 260 yenes (sólo ida), y se paga al bajar.
Una vez en Miyajima, deben tomarse un ferry que cuesta 180 yenes y sale cada 10 minutos.
El principal atractivo de la isla es el santuario shintoista Itsukushima, considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. El mismo fue construido en el año 811 sobre el agua, por considerar a la isla un lugar sagrado (y por lo tanto prohibido para los mortales). El edificio principal fue consumido por dos incendios a principios del Siglo XIII, y reconstruido de forma definitiva por última vez en 1241.
Si bien el santuario, y más específicamente el Torii (portal), es lo que hace famosa a esta isla, la misma también cuenta con hermosos parques y paseos para caminar y distenderse.
Toda la isla está habitada por venados salvajes que vagan libres por las calles y los parques.
Es un lugar ideal para pasar un día entero recorriendo a paso tranquilo. Eso sí, si viajan con bajo presupuesto (como nosotros), les recomendamos llevarse un snack para el medio día porque no hay en la isla opciones baratas para almorzar (lo más “barato” que vimos fue medio choclo a 300 yenes).
3. Peace Memorial Park
Éste extenso parque, ubicado en el centro de Hiroshima, es una hermosa y apacible combinación de tranquilos paseos, arboledas, monumentos y museos. La paz que se percibe en el lugar contrasta con el frenesí típico de las zonas comerciales de cualquier urbe, y busca transmitir el deseo que vive en el corazón de todos los habitantes de esta ciudad: el de “una paz perdurable en el mundo”.
Todo en este parque está orientado a concientizar a sus visitantes sobre la devastación de las armas nucleares.
4. A-Bomb Dome (Domo de la Bomba Atómica)
El Salón de Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima se ubicaba casi directamente debajo del epicentro de la bomba cuando ésta exploto el 6 de agosto de 1945.
Si bien no se sabe con exactitud cuántas personas se encontraban adentro, el lugar era un bullente centro de comercio y era concurrido por gran cantidad de comerciantes todos los días.
A pesar de acabar con la vida de todas las personas que se encontraban en él, la bomba no pudo destruir el edificio, que se alza hasta el día de hoy convertido en un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
5. Peace Memorial Museum
Éste museo está completamente dedicado a la documentación y la exposición, a través de imágenes, videos y fotografías, de la devastación causada por la bomba atómica en Hiroshima.
La entrada al mismo cuesta 50 yenes para los adultos y 30 yenes para los niños.
6. Peace Memorial Hall for the Atomic Bomb Victims
Éste salón fue creado por el gobierno nacional en el año 2002 para rememorar a las víctimas de la bomba atómica de 1945. Es un corto pero significativo recorrido en el que, a través de fotografías, videos y testamentos se expone la historia de una gran cantidad de las victimas caídas, y también testimonios de los sobrevivientes.
Éstos últimos fueron tal vez los más duros ver y escuchar, porque cuentan de primera mano una historia de horror, desesperación y perdida inimaginable.
La entrada es completamente gratuita.
7. Santuario Shirakami
Su nombre (literalmente “Dios Blanco”) le fue adjudicado debido a que se ubica en una zona que en la antigüedad era parte de la costa de Hiroshima. Un poste del que colgaban largos papeles blancos hacía las veces de faro improvisado para advertir a los marineros de la empedrada costa.
Durante el periodo Edo se realizaron amplios trabajos de expansión territorial relegando la línea marítima, y más tarde se construyó un pequeño santuario shintoísta en donde el rudimentario faro se erguía.
Como todo lo demás, el santuario (que llego a ocupar, luego de una ampliación, una considerable extensión de terreno en el centro de la ciudad) fue completamente destruido con la caída de la bomba atómica; el santuario que podemos ver hoy fue reconstruido a finales de 1955.
8. Hijiyama Park
Éste hermoso parque es uno de los lugares más visitados de la ciudad para apreciar el famoso espectáculo del Florecimiento de los Cerezos de Japón.
Ofrece una larga y tranquila caminata adornada con panorámicas vistas de la ciudad. Es el lugar ideal para pasear y relajarse sin alejarse demasiado de la ciudad.
La entrada al parque es gratuita, y dentro del mismo se encuentran Museo de Arte Contemporáneo (370 yenes) y la Librería de Manga (gratuita).
9. Futabanosato Historical Trail
Explorando la ciudad de Hiroshima se puede percibir como el fantasma de la bomba atómica pesa sobre la ciudad y sus ciudadanos. Prácticamente todos los templos, santuarios, edificios gubernamentales, monumentos y castillos fueron destruidos en ese momento después de haber perdurado durante siglos.
El Futabanosato Historical Trail es un camino con una extensión de 10 kilómetros en el que se emplazan 16 magníficos templos y santuarios que sufrieron distintos niveles de destrucción y que luego fueron restaurados.
A nosotros nos tomó unas 5 horas de caminata casi ininterrumpida visitar la mayoría de éstos templos, los cuales se encuentran relativamente cerca entre sí.
Todo el camino se encuentra en una zona residencial alejada del centro, lo que la hace un lugar sumamente tranquilo y relajado.
De los varios que visitamos, estos fueron los santuarios y templos que más nos impactaron:
Santuario Toshogu de Hiroshima: un santuario Togoshu es cualquier santuario donde se consagra a Tokugawa Ieyasu, el fundador del Shogunato (dictadura militar) Tokugawa (1603 – 1868).
Éste santuario en particular fue construido en 1648 por un Daimio cuya madre era la hija de Ieyasu. El mismo, a pesar de encontrarse a más de dos kilómetros del hipocentro de la bomba atómica, fue destruido prácticamente por completo; el santuario que podemos disfrutar hoy en día fue reconstruido en 1965.
Santuario Kinko Inari: saliendo por la entrada lateral del Santuario Toshogu y siguiendo el camino ascendente se encuentra la entrada a éste pequeño santuario donde se venera al Dios de la buena fortuna en los negocios y la seguridad familiar.
Desde aquí se puede seguir una empinada escalera de piedra de 500 escalones que ascienden a través de más de 100 Torii por la ladera del Monte Futaba, donde se encuentra la Pagoda de la Paz.
Pagoda de la Paz del Monte Futaba: ésta gigantesca pagoda metálica erigida en la cima del Monte Futaba simboliza un rezo ininterrumpido por una paz duradera en el mundo.
Dentro de la pagoda se resguardan dos porciones de las cenizas de Buda, donadas por el gobierno de India y por un grupo de monjes budistas mongoles.
Además de la obvia significancia e imponencia de la hermosa pagoda, el lugar ofrece una increíble vista panorámica de la ciudad y, si el día está despejado, de la isla de Miyajima.
Templo Shoko-ji: éste templo pertenece a la rama Soto Zen (una de las 3 principales variaciones del Zen) del budismo japonés. Sus delicados jardines y esculturas nos transmitieron una sensación de paz sobrecogedora difícil de explicar.
Los demás templos y santuarios que se pueden visitar en el recorrido son: el Santuario Onaga Temmangu, el Templo Kokuzen-ji, el Templo Saizo-ji, el Templo Fudoin, el Santuario Ikari, el Santuario Yatsurugi, el Santuario Anraku-ji, el Santuario Nigitsu, el Templo Myojoin y el Santuario Tsuruhane.
¡Le agradecemos al genial Santiago Hostel por recibirnos en nuestro paso por Hiroshima!
Y si quieren entender cómo son y como funcionan los distintos tipos de alojamiento en Japón, ¡les recomendamos esta genial guía del blog Cuadernos en Viaje (sumamente recomendado)!
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