Florencia y Baldomero son una pareja de argentinos que decidieron empezar su vida de viaje conociendo nada menos que su propio país: Argentina, a través de la ruta 40 que atraviesa el territorio de punta a punta. Pero irse de viaje y dejar atrás a su mejor amigo, a Sheng Long, no era una opción. Hace poco terminaron su primer objetivo de conocer los rincones mas recónditos del país en compañía de su perro, y acá nos lo cuentan:
A: Vamos a empezar por el principio, y si bien ya conocemos la respuesta a esta pregunta, la hacemos igual para nuestros lectores que quizá aún no los conozcan: ¿Quiénes son? ¿Qué es “Cualquier otra parte”?
F: Somos Florencia y Baldomero. Yo soy de Tandil y Baldo de San Telmo. Nos encanta estar en contacto con la naturaleza y al aire libre, hacer trekking. Una pasión que compartimos es la fotografía y a mi particularmente me encanta la escritura. Todo eso lo reunimos en nuestro blog cualquierotraparte.com. El nombre está pensando en base a que a nosotros nos mueve las ganas de viajar. Teníamos ganas de ir a cualquier otra parte lejos de Buenos Aires, donde estábamos viviendo. Podría haber sido cualquier destino, pero para nuestro primer viaje largo elegimos la ruta 40 porque queríamos conocer bien nuestro país, y este camino atraviesa la Argentina de punta a punta.
A: ¿Cómo y por qué decidieron empezar a viajar? ¿Siempre fue una meta compartida por los dos?
F: Desde que nos conocemos con Baldo nuestras charlas eran sobre las ganas que teníamos de viajar. Siempre lo decíamos como algo muy lejano, pero un día nos dimos cuenta que si realmente lo queríamos sólo teníamos que dar el primer paso. Los dos teníamos buenos trabajos, pero que no nos llenaban. Y sentíamos que en Buenos Aires había algo que nos faltaba. Finalmente un día hicimos una alcancía y nos propusimos ahorrar durante un año para después salir de viaje. Las ganas las teníamos los dos, sólo hacía falta animarnos e ignorar nuestros miedos.
A: ¿Cómo es la convivencia en la ruta?
F: Hace cuatro años que estamos juntos pero nunca habíamos convivido antes de irnos de viaje. Así que se podría decir que empezamos a convivir en plena Ruta 40. Tiene su parte intensa, porque estás prácticamente todo el tiempo con la otra persona, pero es cuestión de aprender a compartir con el otro y también tener momentos para uno. Nosotros nos conocemos hace tiempo pero viajando creo que conoces a las personas de otra manera. Y además, creo que la conexión que se genera en una pareja al viajar juntos es única. Siempre nos van a unir los recuerdos de éste viaje. Hay una frase de Mark Twain que dice “He descubierto que no hay forma más segura de saber si amas u odias a alguien que hacer un viaje con él”. Creo que es absolutamente cierta.
A: ¿Cómo fue recorrer la ruta 40 de punta a punta? ¿Cómo es de diferente Argentina en sus extremos norte y sur? ¿Se sintieron alguna vez como extranjeros en su propio país?
F: Creo que lo mejor de la Ruta 40 es la diversidad de paisajes que reúne. En la Patagonia sentimos mucha conexión con la naturaleza y en el Norte nos conectamos más con la cultura y la gastronomía de cada lugar. Por más que los extremos son muy distintos, desde el paisaje y el clima hasta sus habitantes, siempre nos sentimos como en casa. Siempre que conocíamos a alguien y le contábamos que estábamos recorriendo la ruta de punta a punta automáticamente se interesaba y era de lo más solidario con nosotros. Creo que hay muchos argentinos que aman la 40 y sueñan con recorrerla y eso nos hizo llegar a muchas personas. Y yo particularmente, con éste viaje pude conocer mejor mi país y entender que tenemos lugares increíbles que a veces ignoramos por tener muy cerca. A veces nos obsesionamos con viajar a otros países, a rincones lejanos, pero tenemos un país que merece la pena que todos recorramos de punta a punta.
A: Además de ustedes dos, hay un tercer integrante – perruno – llamado Sheng Long, ¿qué es diferente al viajar con un perro? ¿Algún consejo para los que quieran hacer lo mismo?
F: Viajar con perro es lindísimo y siempre digo lo mismo: de viajar con perro no se vuelve. Además de la compañía constante es increíble ver cómo tu mascota disfruta. Porque creo que de los tres el más chocho con viajar y conocer lugares nuevos es Sheng Long. Obviamente hay ciertas cosas que pueden ser más complicadas si viajás con perro, como por ejemplo la entrada a los Parques Nacionales. Eso fue un dolor de cabeza para nosotros que estábamos haciendo un viaje largo con nuestro perro, porque cada parque tiene su directiva. Si bien hay una ordenanza que prohíbe el ingreso de mascotas en algunos parques permiten la entrada de perros con correa e incluso te dejan dormir ahí con ellos. Por eso lo más complicado para nosotros fue que hasta que no estábamos en la puerta del parque no sabíamos si íbamos a poder entrar o no. Después, encontrar dónde dormir a veces también podía ser complicado. Pero conocimos muchas personas amantes de los animales que nos ayudaron. Para los que quieran viajar con mascotas les dejamos dos guías que armamos que creemos que los pueden ayudar. Y después les diría que lo hagan, no se van a arrepentir.
A: ¿Alguna anécdota que nos quieran regalar de sus días en la ruta?
F: Fue en Río Gallegos. Cuando llegamos no encontrábamos camping que aceptara mascotas. Hacía mucho frío y había un viento terrible. Le preguntamos a unos policías que nos encontramos qué camping había, nos dijeron que había sólo dos y nos indicaron cómo llegar. En ninguno nos dejaban entrar con Sheng Long. Tratamos de convencerlos –que a veces funciona- pero nada. Pagar un hotel no se ajustaba a nuestro presupuesto. De repente vemos en una calle un cartelito rosa que decía “Camping”. No era ninguno de los que nos habían indicado los policías pero seguimos las indicaciones. Llegamos y nos atiende la dueña, una mujer de unos 70 años. Nos dice que claro que nos podemos quedar, que cómo le va a molestar el perro. Entonces empezamos a armar la carpa y empezó a atardecer. El frío ya era muchísimo. Y de repente la mujer nos dice que tiene un cuarto en la casa en el que podemos dormir calentitos y que hasta podemos entrarlo a Sheng Long. Dormimos ahí y al otro día cuando nos levantamos la mujer nos estaba esperando en la cocina con el desayuno preparado. Tomamos café y estuvimos como dos horas hablando con ella. Cuando nos fuimos no nos quiso cobrar la noche y además nos pidió que si volvíamos a Río Gallegos no dudemos en alojarnos en su casa.
A: Ya terminaron la Ruta 40 como era su primer objetivo, ¿qué sigue a continuación? ¿Por dónde los vamos a ver? Y por último, ¿cómo los pueden encontrar nuestros lectores?
F: Estamos planeando un próximo viaje largo. La idea es terminar de recorrer las provincias de nuestro país que nos quedaron fuera de la Ruta 40, conocer todo lo que es el Litoral y alrededores. Y después queremos cruzar a Brasil.
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¡Qué tengan buenas rutas!